Ultrasonido industrial: aplicaciones y ventajas

Ultrasonido industrial: aplicaciones y ventajas

El ultrasonido industrial es una de las pruebas no destructivas de tipo volumétrico. Tiene su base en la impedancia acústica, manifestada como consecuencia de la velocidad máxima de propagación del sonido en la densidad de un material.

Esta prueba está fundamentada en el fenómeno de reflexión de ondas acústicas, que ocurre cuando éstas se encuentran con discontinuidades al propagarse.

Un poco de historia del ultrasonido industrial:

La prueba que hoy conocemos tiene sus orígenes en 1924, cuando el dr. Skolov desarrolló las primeras técnicas de inspección con ondas ultrasónicas. Para ello se requería, como modelo básico, de un emisor y un receptor de la onda ultrasónica.

En 1940, el dr. Floyd Firestone desarrolló el primer equipo que empleaba en un mismo palpador el emisor y el receptor. La base de la técnica de Firestone era la misma característica propia del sonido que se refleja al alcanzar una interfase acústica.

Así nació la conocida como “inspección del pulso eco”, misma que permitió a la técnica del ultrasonido superar las limitaciones de la radiografía. Puesto que permitía inspeccionar piezas de considerable grosor que sólo permitían su manipulación por un lado.

Aplicaciones del ultrasonido industrial

Se utiliza para evaluar materiales metálicos y no métalicos. Así es como podemos determinar, entre otras cosas:

  • Espesores
  • Zonas de corrosión
  • Defectos en piezas que han pasado por procesos de fundición, o han sido forjadas, soldadas o laminadas.

En el caso de nuevos materiales, como los que se denominan “metalcerámicos” y “compuestos”; el ultrasonido industrial se utiliza como un método sencillo de control de calidad, que resalta fácilmente todo tipo de defectos y efectúa mediciones.

Ventajas de método UT (Ultrasonido Industrial)

Esta prueba puede aplicarse a un amplio grupo de materiales y productos utilizados en la estructura de edificios como: tubos, ejes, varillas, vías, y chapas. También permite detectar anomalías en procesos de fabricación, como por ejemplo: fundición, soldadura, laminación, forja, y mecanizado.

Los defectos o discontinuidades que se detectan mediante esta prueba abarcan los tres niveles: superficial, subsuperficial, e interno. Además, la sensibilidad del equipo puede aumentarse al cambiar por un palpador más sensible.

Y por último, los equipos de ultrasonido industrial han evolucionado a tal punto hasta nuestros días, que generalmente son portátiles. Lo que significa que pueden adaptarse casi a cualquier tipo de condiciones.

 

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